¿Recordáis esas películas antiguas en las que el hombre se esforzaba hasta el extremo para comportarse como un verdadero gentelman?. Películas de una época en la que la palabra romanticismo todavía significaba algo. Habrá gente que tache de machista que un hombre te abra la puerta del coche o acuda furtivamente a tu ventana y arroje pequeñas piedras en tu alféizar. Ahora si tiran una piedra en tu ventana lo más seguro es que sea obra de algunos anti-sistema y habrán tirado a dar.
¡Qué bonito era cuando los hombres abrían las puertas a las mujeres! Y no como actualmente que el otro día un tío en mi universidad me la cerró tan de golpe que casi me deja la nariz como Poli Díaz “El potro de Vallecas”. Porque es verdad, asumámoslo el romanticismo ya no se lleva, está pasado de moda casi tanto como los zapatos de punta fina o el terciopelo.
Pero no me digáis que no sería maravilloso que por un día pudiésemos vivir en una película de los años 60, cuando aún era erótico que una mujer enseñase las piernas. Ahora estamos tan acostumbrados a ver tetas que cuando sale una famosa que no ha enseñado su anatomía es como si le faltase algo y lo que le falta es la portada en Interviú.
Antes se llevaban las cartas, pero en papel , nada de emails, cartas que expresaban mil sentimientos y que contenían el alma de los enamorados que nerviosos volcaban todas sus emociones en ellas. Ahora no, ahora se liga por tuenti o por facebook, ¡Para qué vamos a esforzarnos si los emoticonos nos lo dan todo hecho!
Ahora es romántico que te dediquen entradas en las redes sociales, y que en vez de canciones de Sinatra te conquisten con “temazos” de Pitbull. Porque claro, Pitbull es el rey del romanticismo y lo refleja reiteradamente en su música, porque esos “Dales” y esas continuas alusiones a que las mujeres realicemos felaciones son como poemas de Bécquer. Vamos, que podemos calificarlo como una especie de trovador del siglo XXI. Además ,como todos sabemos, es capaz de contar hasta cuatro y en inglés.
Aunque si nos ponemos a hablar de reggaetón podemos estar hasta que Madrid sea sede olímpica. Yo como fémina puedo decir a voz en grito que estoy hasta los mismísimos ovarios del reggaetón. Además, considero que tiene que atentar contra algún derecho constitucional que existan canciones que relegan a la mujer a coño con patas.
Porque ahora todo ha cambiado antes a un te quiero se le daba el verdadero valor que encierran esas dos palabras. Ahora se dice te quiero , cuando se quiere decir te quiero follar, y lo peor son las variaciones de la palabra como añadirle al final un “mazo” o un “tronca” y por supuesto también se pueden realizar combinaciones con ambos términos “te quiero mazo tronca”.
Así que me rindo a lo evidente: El romanticismo es un mito. Pero ya os garantizo que no bailaré a ritmo de reggaetón por ahí sí que no paso.
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